UC - Críticas
| Países: Hungría, Alemania y Suecia. Año: 2014. Duración: 121 min. Género: Drama.
Dirección: Kornél Mundruczó. Guión: Kornél Mundruczó, Viktória Petrányi, Kata Wéber. Producción: Eszter Gyárfás y Viktória Petrányi. Música: Asher Goldschmidt. Fotografía: Marcell Rév. Montaje: Dávid Jancsó. Distribuidora: Golem.
Estreno en España: 19 Junio 2015.
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Reparto: Zsófia Psotta, Sándor Zsótér, Szabolcs Thuróczy, Lili Monori, Károly Ascher, Lászlo Gélffi, Lili Horváth. |
LA PERRA VIDA Y LA REVOLUCIÓN
Toda una fábula orwelliana sobre la revolución de clases contada desde el punto de vista de un perro. ‘White God’ fue la gran sorpresa del Festival de Cannes de 2014, convirtiéndose enseguida en toda una masterpiece, cuyo visionado es asombroso y espectacular, tanto por la épica de sus imágenes como por la crueldad de su argumento.
SINOPSIS: Debido al divorcio de sus padres, la pequeña Lili (Zsófia Psotta) y su perro Hagen tendrán que pasar un tiempo en el piso del padre, quién no es muy amigo de tener canes allí, y menos aún después de aprobarse una ley contra las mascotas de razas cruzadas. A la mínima Hagen será abandonado ante la desesperación de la pequeña, quién no abandonará la esperanza de reencontrarse con su fiel mascota. Pero Hagen empezará un despiadado viaje de vuelta a casa en el que descubrirá que el hombre no es precisamente el mejor amigo del perro.
Podría haber sido otra historia infantil más sobre el viaje de un fiel perro al encuentro de su amo. Pero olvídense de cualquier referencia a Disney y a aquella ‘De vuelta a casa’ (Duwayne Dunham, 1993), porque puestos a tener un antecedente en la cabeza mejor que sea el ‘White dog’ de Samuel Fuller (1981) o incluso la propia ‘La naranja mecánica’ de Stanley Kubrick (1971). Aunque lo cierto es que nunca se ha visto nada igual en esto del cine con animales como ‘White God’ (o ‘El dios blanco’), y recordar aquella frase de Hitchcock sobre los peligros de rodar con animales se antoja irreverente al pensar en lo arduo y dificultoso que habrá sido producir este film que arranca con la estampida de cientos de perros conquistando una ciudad cual ejército sublevado (ya impresa a fuego esta escena en nuestro imaginario). Nada de efectos digitales, por cierto.
Y es que su brutal desarrollo sin concesiones, su inherente ultraviolencia y, sobre todo, su capacidad para atribuir un verdadero arco dramático a un perro como si fuera un antihéroe moderno convierten a esta joya en una especie de terrible revisitación a la ‘Rebelión en la granja’ de Orwell trufada de momentos de verdadera épica, de una fotografía exquisita, un montaje milimétrico y un uso de la música sublime. Una obra maestra, vaya.
